viernes, 4 de mayo de 2012


Arriésgate,¡¡¡ arriésgate¡¡¡ me decía el torbellino 
de las buenas sensaciones,
acumula las maravillas innecesarias, 
Sabias costumbres serán algún día.
Pero mis ojos se infamaron
Navegantes crueles de la intolerante
mirada que se me ostentaba, 
y repetía tibiamente: deja el jardín, 
las amapolas pintadas de asombro,
Hay principios tan anómalos de caer sobre aquel Idéntico barrizal                                          

Frías contracturas, un organismo que no sabe quien está profundamente.
Modales intermitentes, las corduras que nunca lograron estar presentes.
Una máscara ante las cien mil mascaras que nos envolvieron.
Lluvias, vientos, teléfonos sueltos.
Un rio exagerado, tu voz en un día nublado.
Jardines exasperantes, idas, vueltas.
La piel se congenia a la  vía más desecante.



No hay comentarios:

Publicar un comentario