Cada golpe es un impulso,
Cada avidez, otra pena,
Navegar sobre el horizonte más remoto.
Perderse en la tempestad del viento
Sentir a las anémonas desairarse en vos,
Quitarse el abrigo, volvérselo a ubicar.
Caminar perdido, necesitar un paseo
Morir en el deseo.
Oír a Bach, extirpar un vino,
precisar de los invisibles.
Hoy soy yo con mi otro yo
y todos los remanentes narcisismo de mi propio yo.
Un ego, dos egos: cualquier ego puede ser estafado,
Nadie se invita a su propio vacio,
Nadie quiere haberse llorado,
Sentir lo inefable, espantarse de lo expresable.
Quien mira mis palabras mientras me sigilo?
Quien me desatiende nuevamente en el camino?
Tolerar ser vencido.
Sin resonancia,
Escucharse con otros sonidos..
Dulces los besos en el jardín del presagio
Competente la quimera de verme desechado.
No soy más nada que este comienzo que hace rato terminó.
Soy rio, sangre, lágrimas, recuerdos
y este viento que en mi
interior se diluye.